domingo, 22 de septiembre de 2013

ORIGEN DE LA CULTURA PICAMARA (PICAMARAN) EN LA CUENCA DEL RIO CAÑETE-YAUYOS.

Se originó aproximadamente en los años 1200 a 1400 d.c., los Picamara se caracterizaron por ser un pueblo principalmente guerrero, dedicados a la actividad económica de la agricultura y ganadería, defendieron el valle con todos sus fuerzas, ocuparon el territorio lo que ahora conocemos como Picamarán y Turpa, parte de su territorio colinda con el río Cañete-Yauyos, que fueron centro político-administrativo. Mantenían constante rivalidad con las etnias Atun Yauyos, Allauca, Runahuanac, Huarco y Chocorvos, con quienes sostenían conflictos por tierras agrícolas y de pastoreo.

Las sedes político-administrativo eran los Ayllus de Julcamarca, Patahuasi y Luchuco, ciudadelas que se encuentran en la zona altoandinos, con edificaciones circulares de piedra. Dichas edificaciones eran construidas en las alturas con la finalidad de utilizar a la naturaleza como aliada, en caso de tener que defenderse del ataque de sus enemigos.

Según los Cronistas la cultura Picamara en el territorio que estaba bajo su influencia habló los dialectos como el Jaqaru y Kawki a la vez tenían como fuente de  origen la cultura Wari-Tiahuanaco.

La cultura Picamara como las demás culturas conquistadas, fue perdiendo su identidad para fusionarse con los Incas, sin embargo sus construcciones son testigos silenciosos de la historia que vivieron en la cuenca del río Cañete-Yauyos, donde desarrollaron su influencia y dejaron conocer su poderío. Como producto de la actividad cultural, han quedado varias zonas y monumentos arqueológicos, que necesitan ser valorados y restaurados. En ese sentido es necesario declarar de necesidad pública la puesta en valor de las ruinas arqueológicas de la Cultura Picamara, que abarca los vestigios encontrados como los complejos arquitectónicos  de Julcamarca, Pallay, Acne, Llauto, Chiquiricre, Luchuco, Sanaco, Capilla, Cinco Cruz, Incaimarca, Patahuasi, LLacta, Yasca, Caspin, Callanga, Chicta, Apotara,  Machuranga, Cerro Picamarán, Cerro Ancayita, Suero, Cantagallo, Antahuaya, Cascajal y Cacacho.

En l a época colonial en el año 1586 se crea los Repartimientos de los Mancos, donde se funda el pueblo de Picamara (hoy Picamarán), lo que le da una demarcación territorial definitiva, la importancia de los pueblos se acrecentó y vemos que inmediatamente se crearon los Curatos como centros administrativos coloniales. Picamaran en ese entonces perteneció al Curato de Pacarán.

En el contexto histórico de Picamarán, que constituye una Comunidad Campesina, que auto-reconoce su territorialidad antes de los procesos de Reforma Agraria, siendo productos de desplazamientos poblacionales desde épocas pre-hispánicas, esta división social data desde tiempos antiguos, vinculado a un patrón de pueblo o reducción española. La tenencia de la tierra es reconocida y ejercen derecho como tal, se reconoce como una herencia histórica para la población que ha venido ocupando este territorio desde época Pre-Incas. Las tierras son relevantes en la Comunidad debido a que constituyen los espacios de producción y son considerados zonas de vida, la calidad de los suelos determinan la calidad de la productividad. El agua se concibe como portador de vida y sustento para la producción.

Los pastos y los bosques en las zonas altas son recursos altamente valorados debido a que constituyen insumos para la actividad ganadera. Son considerados recursos productivos usufructuados a nivel familiar, también son considerados elementos de paisaje y parte del tesoro patrimonial de la Comunidad.

Es importante establecer que la población de Picamaran, descendientes de la cultura Picamara, posee una Identidad Y cultura, ya que se autodefinen herederos de poblaciones Pre-Incas que colonizaron estas tierras. Su descripción territorial esta definida y marcada por el sentido de propiedad.








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