CURACA INGA MOCHA ANTIGUO GOBERNANTE DE LOS PUEBLOS DE PICAMARAN Y ALLAUCA.
Estamos deseosos que el pueblo de Picamarán conozca la versión de los
detalles de la conquista española y de la pérdida de nuestro Imperio, hemos
preparado este comentario como un anticipo de una investigación mayor sobre el
contenido de las declaraciones del testigo presencial de la tragedia de
Cajamarca (1532), con el testimonio del
Curaca Diego Inga Mocha, gobernante en esa época de los pueblos de Picamarán y
Allauca, perteneciente al Repartimiento
de los Mancos de la Provincia de Yauyos.
Dicho acontecimiento se basa en el texto del documento del año 1571, denominado Probanza hecha por el
Señor Fiscal en el juicio entre la Corona Española y doña Francisca Pizarro, y
Don Hernando Pizarro su marido, sobre 300,000 pesos que gasto el Marqués
Pizarro padre de doña Francisca y hermano de Hernando en la pacificación del alzamiento
del Inga. A.G.I. Escribanía de la
cámara, Legajo 496. En esta causa se recibe el testimonio del Curaca Diego Inga
Mocha.
Don Diego Inga Mocha, curaca principal
de los pueblos de Allauca y
Picamarán de la Provincia de los Yauyos, encomendado a doña María Martel vecina
de la ciudad de los Reyes, dicho Curaca
fue preguntado por sus generales de ley dijo que no sabe su edad y que cuando
los españoles entraron a estos reinos ya era hombre que tenía hijos soldados y
tenía nietos ya mancebos, pareció ser de edad de 90 años antes más que menos, declara
como testigo presencial, sobre el crepúsculo sangriento de Cajamarca ocurrido
el 16 de Noviembre de 1532, constituye hasta ahora las únicas versiones
incaicas sobre el infortunio suceso que concluyó con la captura y posterior muerte del Inca Atahualpa, en una
de las matanzas más horrendas que registra la historia de América Latina.
Los recuerdos del curaca, pese el tiempo transcurrido, mantiene aún la
impresión emotiva del primer momento y su relato tiene la misma lucidez. El
Curaca Diego Inga Mocha estaba con el Inca Atahualpa y su gente de guerra que tenía junto contra su hermano el Inca Huáscar,
cerca del Tambo de Huamachuco, cuando dice llegó la noticia sensacional que unos
Capacochas (Españoles) habían arribado
al pueblo de Poechos (Piura) y se habían establecido después en el paraje de
Tangarará (Junio-julio de 1532), a la
vera del río Zuricara el actual río Chira.
El curaca Inga Mocha manifiesta que estando
en compañía del Inca Atahualpa en los Baños de Cajamarca y apostaron en
las casas del Tambo y de allí vinieron
algunos españoles a hablar con el Inca
donde hubo demandas. En respuesta dicho Inca con su gente se fue al
Tambo de Cajamarca donde estaban los españoles al mando del Marqués Francisco
Pizarro y los demás españoles, confirmando de esta manera la masacre que todo ocurrió tan sorpresivo
que cuando se dio cuenta, pudo ver como los españoles habían arremetido contra
Atahualpa con tanta violencia, que entre el doloroso alarido de la muchedumbre,
no hacían sino matar y herir implacablemente a los indios, hasta que Atahualpa sin escolta desarmada pudiera
defenderse, cayó prisionero, fue encerrado en una casa y con buena custodia. El
curaca refiere también que vio el gran botín consistente en riquezas de oro y
plata que los españoles reunieron y que no satisfechos de esta riqueza, exigieron al Inca
Atahualpa para que les diera un fuerte
rescate de oro y plata.
El Inca Atahualpa para cumplir con su promesa y salir libre, envió dos
expediciones para reunir el oro y la plata que necesitaba, una al valle de
Pachacámac y la otra a la misma ciudad
del Cusco. La expedición al famoso adoratorio de Pachacámac, fue la primera en
partir y estuvo dirigida por un hermano de Atahualpa con sus capitanes Inga
Mayta y Urco Huaranga, llevando bajo su
protección al capitán Hernando Pizarro y a su pequeña escolta. Si bien los
españoles dicen que cuando llegaron a este centro religioso solamente pudieron
tomar el oro y la plata que no habían podido esconder.
Cuando a mediados del mes de Marzo de 1533, esta fabulosa caravana pasó por
el Tambo de Pum Pum, Inga Mocha que por entonces estaba allí, declara que
efectivamente los tesoros de Pachacámac que eran llevados para su destino eran
tan cuantiosas que los vio transportar por más de diez mil cargueros o
llameros, que además conducían grandes cargas de ropa fina y gran suma de
ganado.
“NUESTRO PASADO HA ESCRITO NUESTRO PRESENTE
AYUDENOS ESCRIBIR NUESTRO FUTURO”
Diga adelante muy interesante sus investigaciones
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