Tenemos que mencionar temas relacionados a este punto, haciendo un breve
vistazo y hacer un análisis de lo ocurrido en Lunahuaná, Pacarán , Zuñiga y en
los pueblos alto andinos de Yauyos, esencial para visitar debido al boom
turístico en estos últimos tiempos debido a la llegada de un afluente masivo de
visitantes de todo lo que se promociona
en los medios de comunicación (radio, televisión, revistas y diarios) de la
gran capital Lima y en el valle de Cañete y Yauyos.
Por lo general la mayoría de los pobladores originarios del valle del río
Cañete y Yauyos, no valoran que son descendientes de una cultura étnica, ya que
no tienen el conocimiento e información de su verdadera identidad cultural, ya
que desconocen el significado del término atractivo y recurso turístico. Y no
están capacitados para proporcionar una información adecuada a los visitantes.
Otro de los motivos esenciales es la pérdida de la esencia del paisaje
natural de estos pueblos, al ser invadidos de empresas privadas que han
reemplazados las verdes campiñas, en enormes construcciones modernas de
concreto con bosques de cemento, ladrillo y fierros, convirtiéndolo en negocios
como hoteles, hospedajes, centro de esparcimiento, restaurantes, discotecas.
Muchas de estas construcciones ni siquiera tienen licencias de construcción,
queremos saber que aporta al turismo estas grandes empresas, si la mayoría de
estos negocios no tributan, mucho menos contribuyen en el cuidado del medio
ambiente.
Es responsabilidad de las autoridades del valle del río Cañete y Yauyos,
en planificar y controlar las excesivas construcciones modernas, deberían
promover la ejecución de construcciones ecológicas que vayan acorde con el
paisaje serrano, toda construcción sería edificada o revestida con materiales
naturales entre lo que están: caña, bambú, barro, pirca, adobe, quincha,
piedra, laja y madera. En los casos por motivos estructurales se debe construir
con material noble, este deberá ser revestido con los materiales naturales
señalados.
Para contrarrestar la inversión turística
emprendidas por un grupo de empresarios privados, sería
desarrollando el Turismo Rural
Comunitario o Vivencial, en los pueblos del valle del río Cañete y Yauyos,
donde el visitante puede participar de la cultura viva, participar en la vida
cotidiana de sus habitantes, rica en costumbres y tradiciones desarrolladas
durante siglos.
Se entiende por turismo vivencial
por cuanto se desarrolla con la convivencia entre el visitante y una familia
receptora quien le enseña sus hábitos y costumbres, en casas campesinas, en
familias que tienen preparadas sus viviendas para alojar al turista.
Además estos pueblos andinos albergan diversos y singulares
características de cultura viva, biodiversidad, recursos arqueológicos,
ubicación estratégica dentro de la cuenca del río Cañete y Yauyos. Es la
oportunidad de disfrutar del entorno físico y humano, participar en las
actividades, tradiciones y estilo de vida de la población local.
Como es el caso de la Comunidad Campesina de Picamarán, zona especial
para promover el Turismo Rural Comunitario, cuyo territorio colinda con los
Distritos de Lunahuaná, Pacarán y Zuñiga, esta localidad cuenta con
maravillosos paisajes naturales, diversidad de flora y fauna, posee
cascadas, bosques de puya de Raimondi,
sitios arqueológicos, camino Inca y petroglifos
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