jueves, 23 de junio de 2011

HISTORIA DE PICAMARAN


ORIGEN ETNICO (PICAMARAN: ETNIA NEOLITICA)

Como etnia originaria, Picamarán remonta sus inicios en la etapa neolítica, siendo parte por ese entonces de la región “Yauyu”.

Estos primeros grupos étnicos, muy rebeldes, beligerantes e indómitos entre si, mantuvieron siempre su autonomía, por lo cual asentaron sus poblados en partes altas de su territorio y en la ribera del río Cañete.

Se considera dicha referencia histórica a razón de: primero por el uso de piedras como material para la fabricación de instrumentos o armas de guerra, y segundo por la momificación de cadáveres, lo cual significa una tradición universal de los tiempos neolíticos.

En consecuencia, el origen étnico de Picamarán data del Horizonte Intermedio de la cultura peruana.


ORIGEN ETIMOLOGICO (PICAMARAN)

La palabra Picamarán, cuyo nombre viene del dialecto aborigen Cauqui o quechua “PIKEMARA”, que significa PIKE= pequeño o en otros términos cerro y MARA= Estancia. En la forma que interpretamos las palabras “PIKEMARA”, esta de acuerdo a sus situación topográfica del pueblo, porque efectivamente es un PUEBLO PEQUEÑO ENTRE CERROS.

Con el transcurrir del tiempo, por la influencia del idioma castellano y del fonema español, la expresión “PIKEMARA”, sufre una alteración fonética de sonido, lo que antes se expresaba como PIKEMARA, después se oye como “PICAMARA”, es decir se reemplazó las letras (ke) por la “ca” y por último queda expresado como “PICAMARAN”, por cuanto al final de dicha palabra se agrega la letra “n”.

EPOCA PRE-INCAICA
  El pueblo de Picamarán en la época Pre-Incaica es el resultado de la expansión geográfica de la cultura Tiahuanaco-Wari en la etapa del Horizonte Intermedio (700 d.c. a 1200 d.c.), que se expandió por casi todo nuestro territorio lo hizo fusionado como Tiahuanaco-Wari, los pobladores de Picamarán, fueron influenciados por esa cultura en diversos aspectos, de cuyos acontecimientos se resalta lo siguiente:

-      La cultura Tiahuanaco-Wari, influenció en el idioma, del cual se manifiesta el cauqui como una variante de la lengua Aymara.
-      Asimismo influenció en la arquitectura con el uso de piedras y barro para construir sus viviendas y las denominadas “CHULLPAS” (nichos colectivos, en cementerios antiguos).
-      La cultura Paracas, en su tiempo influyó con la técnica de trepanación de cráneos en personas heridas, utilizando para ello el “mate”.

Durante la caída de la cultura Tiahuanaco-Wari, por cuanto entró en una etapa de decadencia y finalmente desapareció. Ello originó el surgimiento en la costa como en la sierra de una diversidad de reinos y confederaciones, entre los cuales sobresalieron: Los Chancas, Huancas, Aymaras, Cuzqueños y Yauyos (1200 a 1460 d.c.)

Durante el periodo intermedio tardío el pueblo de Picamarán perteneció al señorío de Yauyos, que pobló las actuales provincias de Yauyos y Huarochirí. Originariamente los Yauyos ocuparon la cuenca alta del río Cañete, luego dominaron la costa y las cabeceras de los ríos Mala, Chilca, Lurin y Rímac. Limitaban con los Atavillos por el norte, los Chocorbos por el sur, los Huarco y los Yungas por el oeste y los Huancas por el este.

El pueblo de Picamarán estaba conformado por tribus confederados, cuyos vestigios y ruinas arqueológicas, demuestran que predominaban las construcciones utilizando piedras talladas con argamasa de barro, en forma circular y cuadrangular, se ubicaban en las partes altas de los cerros.

La cerámica era tosca y burda con decoraciones sencilla, como círculos impresos. Siendo sus principales características de vida: 

fundían el bronce y su alfarería no era muy fina, tejían lana, sembraban maíz, papa, criaban auquénidos y cuyes. Adoraban al sol Huillca, y a la luna Pasac. Sus rituales mágico-religiosa estaban muy involucrados con el culto a los muertos, antepasados o achachillas (hoy llamado abuelo). El fardo funerario se llama  Chullpa. La mayoria de sus asentamientos ocupan las cumbres a una altura de 1500 a 4000 msnm., debido a cuestiones de defensa, vigilancia de cultivos y animales en las partes bajas, para reducir las enfermedades propias de los valles de ese entonces como la verruga y paludismo.

El pueblo más antiguo de Picamarán (PICAMARA), se encuentra ubicado en el lugar denominado antiguamente como “NINAYCHUCO”, a 3500 metros de altura. La palabra “NINAY CHUCO” etimológicamente proviene de dos vocablos quechuas, que se puede descifrar de la siguiente forma: “NINAY” que quiere decir “CANDELA” y “CHUCO” quiere decir “SOMBRERO O GORRO, juntando las dos palabras tendríamos la frase “SOMBRERO O GORRO CANDELA”, está de acuerdo con la configuración del terreno porque floreció sobre una pequeña colina, que descansa sobre una llanura. La colina daría la conformación de la copa de sombrero y la llanura vendría a conformar la falda del mismo.

Con el correr de los años por la influencia del idioma castellano y del fonema español, la expresión NINAYCHUCO, sufre una alteración del sonido y se pronuncia LUCHUCO en la actualidad. Dicho lugar reunía las condiciones favorables para formar un pueblo, por su situación geográfica, posee tierras planas, así como en las Faldas de los cerros y quebradas se observa numerosos andenes que utilizaban para el cultivo, contaba con riachuelos y manantiales, para el regadío y el consumo diario.

Tiene diversas edificaciones a base de piedras talladas con barro, tenían por particularidad colocar dos enormes piedras talladas como columnas en la puerta de acceso a las viviendas, cuyas estructuras se encuentran casi intactas, tiene siete caminos, algunos se encuentran empedradas, otras con escalones de piedras que se conectaban con otros ayllus que dependían de “LUCHUCO”, cuyos sitios arqueológicos se encuentran ubicados en las zonas denominados como: Capilla, Patahuasi, Cinco Cruz, Sanaco, Llauto, Incay-marca, Turpa, acne, Chiquiricre y Pallay.  Asi como Piedrecal, Caspin, Antacocha, Patipampa, Callanga, Chicta, Airaya y Yacta. 

También se establecieron en la cabecera del río Cañete, tales como: Cantagallo, Suero, Antahuaya, Apotara, Cruz Blanca, cerro Picamarán, Imperialito, Machuranga, Cascajal, San Juanito, cerro víbora y cacacho.

Los pobladores de Picamarán eran muy guerreros que vivían en constantes luchas con las tribus vecinas denominados Yungas, siendo los repartimientos de los  ZUNIGA (Zuñiga), PARIACA (Pacarán), RUNAHUANAC (Lunahuana), también con las tribus de CHOCORBOS (Castrovirreina), igualmente mantenieron luchas con la comarca de los HUARCO (Cañete) y comarca de los ATUN YAUYU (Yauyos).

Respecto al idioma, hablaban diferentes dialectos como Cauqui o quechua, tal afirmación se puede concretar tomando como principio los nombres que llevan los distintos lugares de la jurisdicción de Picamarán.

Este pueblo tuvo un desarrollo esplendoroso, debido a su extensión de su territorio, cuyos habitantes dominaron las partes altas de su jurisdicción y la cabecera del río Cañete donde se encontraban las mejores tierras de cultivo y abundante agua, lo que demuestra que dominaron la margen derecha de la cuenca del río Cañete.

Estos llegaron a conocer una definida agricultura, como según lo testifica un determinado número de andenes de  construcción que se encuentran en la zona. También se distingue la distribución de las tierras en parcelas debidamente limitadas, asimismo construyeron caminos en forma ingeniosa y que en algunos lugares se encuentran tales restos, no se puede dejar sin precisar las represas, así como canales y acueductos de regadío, conocieron un verdadero sistema agrario en la época pasada

EPOCA INCAICA

  El pueblo de Picamarán fue incorporado al Tahuantinsuyo, durante el reinado del Inca Pachacutec (1460), fue cuando el mencionado Inca, envío un ejército capitaneado, por su hermano menor Capac Yupanqui hacia la costa a fin de dominar a los curacas de Cañete y Chincha.

En esta región de los YAUYOS se distinguen dos caminos históricos que utilizó Capac Yupanqui, uno que servía a las peregrinaciones religiosas de los pueblos de la sierra a Pachacamac, el mismo que los incas utilizaban para hacer sus viajes a la costa. El otro camino por donde el Inca Capac Yupanqui, penetró a la costa para someter al general yunga Chuquimancu, partía del cuartel de Huamanmarca, en Huancayo, donde el emperador Pachacutec acabó de dominar a los terribles HUANCAS, este camino atravesando los andes por el paso de Tuctumacanca, llegaba al Llongote y a las poblaciones de Ñapahuasi, Orcoti, también Picamarán (parte alta) donde se encuentra un camino Inca, luego YANGASTAMBO hasta INCAHUASI, en la quebrada de Lunahuaná.

Luego de conquistar otros pueblos, marchó el general Capac Yupanqui hacia el valle de Lunahuaná y Cañete. Probablemente se formó una confederación de sinchis vecinos para detener el avance incaico. Capac Yupanqui desbarató el primer ejército, que lo aguardaba a la entrada del valle, obligando a los aliados a guarecerse en la fortaleza de Hungará, situada a catorce kms. Del actual San Vicente de Cañete y contigua al río que baja por la quebrada de Lunahuaná.

Es en esta fortaleza que, según Villar Córdova, se inició la resistencia bajo la dirección de CHUQUIMANCU, cuya etimología sería el “Señor de la lanza”.

Larga fue la defensa del sinchi Chuquimancu, duro ocho meses según Garcilazo y cuatro años según Cieza, probablemente esta última cifra es el total del tiempo empleado por Capac Yupanqui para someter a los yungas. Mientras tanto la lucha se tornaba cada día más enconada, los asaltos incaicos iban debilitando a la resistencia de los asediados, hasta que el hambre y la sed doblegaron las tropas de Chuquimancu teniendo este último que rendirse a los  cuzqueños.

El valle entero del HUARCO (Cañete) se sometió al General Capac Yupanqui. Siguiendo su conquista, despachó el general a su ejército por la sierra del Pariacaca a subyugar la región de HUAROCHIRI Y YAUYOS. Según documentos históricos que relata la conquista de Capac Yupanqui, se demuestra que el general cuzqueño y su ejército se establecieron en el territorio del pueblo de Picamarán, por ser colindantes con el territorio de los HUARCO. 

También el General Capac Yupanqui mando construir una fortaleza para su ejército en Picamarán, ubicado en el lugar denominado Rodiana que se mantiene orgullosa como un centinela petrificado, elevándose majestuosamente hasta llegar a alcanzar una altura de 4000 metros aproximadamente, en cuya cima se encuentra la histórica fortaleza de “PALLAY”, en primera instancia se encuentra una muralla construida con grandes piedras talladas, con una altura de 4 metros por 2 de ancho, después de los 3 metros se aprecia una plataforma sobresaliendo un muro de menor dimensión con una altura de 1 metro, que eran parapetos utilizados para protegerse en caso de un ataque enemigo, toda la extensión de la falda de dicho cerro esta amurallado, tiene un solo acceso cuya puerta tiene la forma trapezoidal y se ubica en la parte céntrica con 2 metros de altura por l.50 metros de ancho, en su interior existen otros compartimientos de menor dimensión, seguidamente a 300 metros de altura en la cima se encuentra otra muralla construida con enormes piedras talladas con una altura de 5 metros de altura por 2 metros de ancho, se encuentra amurallado todo el perímetro, tiene como único acceso unos escalones de piedra en la parte derecha de dicha muralla.

Asimismo en dicha cima se aprecia un compartimiento más pequeño construido a base de piedras todo el perímetro, en la parte izquierda se ubica una piedra grande tallada que le servía de mesa, este ambiente sería la morada del General Capac YUPANQUI, esta fortaleza a pesar del tiempo se encuentra intacta y fue construida en esa zona por ser estratégica por cuanto servía como defensa en caso de un ataque enemigo, además por su dimensión fueron utilizado para albergar a más de 20 mil guerreros que integraba el ejército cuzqueño, los mismos que estaban acostumbrados a un clima frío.

Esta fortaleza era de uso temporal y recibía a las fuerzas militares incas procedentes del Cuzco. Además era utilizado como mirador, por cuanto de ahí se puede observar fácilmente la presencia de tribus enemigas y se puede contemplar las altas cumbres de los nevados de la cordillera occidental, el Llongote y el Pariacaca, así como los pueblos de Pampas, Viñac, Cachuy, Catahuasi, Huangascar, Chocos, Apurí y Azangáro, así como el hermoso río Cañete que serpentea en las hondas quebradas y valles.

Durante esta conquista por parte de los Cuzqueños los pobladores de Picamarán, fueron sometidos e incorporados al Tahuantinsuyo,
los mismos que se encontraban asentados en los Ayllus de Capilla, Patahuasi, Cinco Cruz, Sanaco, Incay-marca, Llauto, Acne, Turpa, Chiquiricre, Luchuco y otros, así como los repartimientos ubicados en la margen derecha del río Cañete. En esta época la comarca de Incay-marca, palabra quechua que responde al vocablo de “Pueblo del Inca” y la comarca de Luchuco, fueron pueblos importantes por cuanto en esos lugares residían los Jefes o Curacas elegidos por los Incas.

Asimismo, el jefe cuzqueño mando construir una hermosa fortaleza para la guarnición incaica, al mismo tiempo que perpetuaba la memoria de su triunfo. Estaba nos dice Cieza, adornada con pinturas y dibujos, mientras una escalera de piedra conducía hacia el mar. Esta fortaleza de Hervía no se encontraba, según Villar Córdova, en las haciendas del mismo nombre, sino en Cerro Azul, siendo posteriormente destruida. Las piedras de dicho pucara sirvieron para la construcción de la iglesia de San Luis de Cañete y según otra versión fueron embarcadas del puerto de Cerro Azul para la edificación del castillo del Real Felipe del Callao.

Según los últimos datos arqueológicos, el palacio de INCA HUASI, situado en la quebrada de Lunahuaná, a pocos kilómetros del puente SOSCI, no es de hechura incaica como se creía. El edificio comprende numerosas construcciones siendo una ciudadela completa, con sus habitaciones para el curaca, sus fortificaciones, depósitos y graneros, el sello peculiar de este palacio y lo que lo diferencia de otros edificios similares, es una gran galería de columnas. El arqueólogo Toribio MEJIA XESSPE,  supone que sólo los graneros y depósito fueron de hechura cuzqueña adaptando y reparándolo según sus necesidades.



EPOCA DE LA CONQUISTA ESPAÑOLA

Se inicia cuando en el año l531, Francisco Pizarro y Diego de Almagro emprendieron el tercer viaje al Perú y desembarcaron en Tumbes, donde tuvieron noticias de la guerra civil entre Huáscar y Atahualpa. Enterados de que Atahualpa se encontraba en Cajamarca, Pizarro y sus hombres llegaron allí el 15 de Noviembre de 1532. La captura del inca, el oro y la plata ofrecidos por su rescate y su posterior ajusticiamiento están entre los episodios más conocidos de la historia del Perú. Los conquistadores llegaron por
primera vez a la región de Lima luego que Francisco Pizarro dispusiera que una expedición, al mando de Hernando Pizarro acudiera al gran santuario de Pachacámac, dicha expedición llegó a dicho lugar el 1 de Febrero de 1533. Hernando Pizarro estuvo merodeando los valles cercanos hasta el 26 de Febrero.

Convocó a los curacas de Lima, YAUYOS, Huarochirí, Mala y otros señoríos menores, conminándolos a contribuir al rescate del Inca, estos Curacas hicieron entrega de gran cantidad de oro y plata a los españoles. Este acontecimiento se encuentra en el Archivo General de Indias con el Testimonio de Diego Inga Mocha, curaca principal del pueblo de Allauca de la Provincia de los Yauyos, encomendado a doña María MARTEL vecina de la ciudad de los Reyes, este Curaca estaba con el Inca Atahualpa y su gente de guerra, es considerado testigo presencial de la muerte del Inca Atahualpa y más de 10,000 indios.

Este Curaca también estuvo presente en Pachacamac y presenció la entrega de tesoros consistentes en oro y plata a Hernando Pizarro. Posteriormente con la muerte del último Inca Atahualpa. Los españoles se repartieron estas tierras, siendo entregadas las tierras de la jurisdicción de Yauyos, en donde se encuentra también Picamarán, a los españoles partidarios de Francisco Pizarro.

En 1537 surgió una controversia acerca de a cual de los conquistadores correspondía el gobierno del Cuzco. Almagro de regreso de Chile, tomó esa ciudad por la fuerza, pero un ejército comandado por Hernando Pizarro logró derrotarlo, capturarlo y ejecutarlo sin el consentimiento de Francisco Pizarro en el mismo Cuzco el 15 de Abril de 1538. Tres años después, una conspiración de Almagrístas liderada por Juan de Herrada, asesinaron a Francisco Pizarro el 26 de Junio de 1541, en el propio palacio de gobierno. Dándose inicio el virreinato del Perú en el año 1542.


 EPOCA VIRREINAL
- En esta época Virreinal según los documentos Históricos, así como investigaciones de historiadores y cronistas nos da conocer y poder comprobar que el pueblo de PICAMARÁN, como integrante del Repartimiento de los MANCOS, a partir del año 1534, es
considerado como uno de los pueblos más antiguos de la provincia de Yauyos, uno de los más extensos en territorio, toda vez que se ubicaron y dominaron la margen derecha de la cuenca del río Cañete y la parte alta, colindaba con el reino de los HUARCOS (Cañete y Lunahuaná), cuya cultura de Picamarán se puede comprobar con los sitios arqueológicos que se encuentran en diferentes lugares de su territorio, que comprenden a las épocas Pre-Inca, Incaica y Virreinal cuyo acontecimiento y características de vida acontece un cambio total ya que fueron subyugados y esclavizados por los conquistadores españoles, en ese entonces nuestros ancestros, se fueron reduciendo en números, debido al cambio social, cultural y administrativo.

Según las fuentes de información durante el periodo del virrey Francisco de TOLEDO, en los años (1571-1572), termino la reducción de los pueblos de las provincias de Lima entre ellos Yauyos, dando lugar en ese entonces que los pobladores de NINAY-SHUCO (en la actualidad LUCHUCO) y otros Ayllus (Patahuasi, Incay-marca, Sanaco, Capilla, Pircaya), se trasladaron al lugar de PIKE-MARA (PICAMARAN) y otro grupo se ubicaron en la parte alta de TURPA, cuya etimología de la palabra TURPA tiene igual estructura con el sinónimo de TUPE, de allí que es probable que a las comarcas de PIKEMARA, fueron habitadas por los aimaras, porque TURPA es una palabra que se deriva del Cauqui, otra versión de la palabra TURPA, por cuanto en el lugar existe una planta rastrera denominada también TURPA que tiene aplicaciones medicinales.

También se ubicaron en la parte baja en las comarcas de Piedrecal, Caspin, Callanga, Chicta, y en la margen derecha de la cuenca del río Cañete  (Ayllus Cantagallo, Suero, Antahuaya, Apotara,  Machuranga, Cascajal, San Juanito y Cerro Vibora), lo hicieron en busca de mejores medios de vida, para aprovechar las extensas tierras para la agricultura, así como el clima, abundancia de agua por estar situado en la parte baja en donde las filtraciones son más frecuentes.

En el primer punto de vista es de asegurar que debido a la falta de tierras de cultivo, la escasez de agua y más la gran población demográfica, como el clima y otros factores los obligaron a los pobladores en abandonar  la zona de NINAY-SHUCO y sus otros Ayllus también lo hicieron.

En su descripción y relación que da Diego DAVILA BRIZEÑO, Corregidor de Huarochirí y por mandato del Virrey don Hernando de TORRES Y PORTUGAL, con fecha 15 de Enero de l586 narra su visita a la provincia de Yauyos con la finalidad de cobrar tributos a los indios, donde hace mención del repartimiento de MANCOS Y LARAOS, siendo el primer repartimiento, que viniendo del Sur para el Norte, que colinda con los Chocorbos y valle de Lunahuaná, se encomendó a Francisco de HERRERA, de los primeros conquistadores y le sucedió en él su mujer doña María MARTEL.

Dicho Corregidor redujo en once pueblos a los Mancos y Laraos; los MANCOS, en cuatro que son: Santiago de Ichoca, Santa Cruz de Sulcamarca (Xulcamarca, en el mapa), Santo Domingo de Alluaca y San Xptoval de PICAMARA (PICAMARAN); que caen estos pueblos de MANCOS sobre la villa de Cañete, en la primera cordillera de tierras hacia el occidente.

Los LARAOS, en siete pueblos que son: San Bartolomé de Tupi. Santa Magdalena de Pampa, San Pedro de Cusi, San Francisco de Guanta, Santo Domingo de Atun Larao, San Agustin de Guaquis y San Francisco de Vitis, ubicados en el Oriente.

Esta dichos repartimientos de MANCOS Y LARAOS repartido en tres doctrinas y media o beneficios, en los tres pueblos de LOS MANCOS, Santiago de Ichoca, Santa Cruz de Sulcamarca y  Santo Domingo de Alluaca, es una doctrina; y el pueblo de San Xptoval de PICAMARA anda con el Curato o beneficio de Pacarán de Lunahuana.

En los siete pueblos de los LARAOS hay dos doctrinas: el pueblo de San Bartolomé de Tupi y el de Santa Magdalena de Pampa, es un curato o beneficio con el pueblo de San Pedro de Cusi, y el pueblo de San Francisco de Guanta y el de Santo Domingo de Atun Larao, y San Agustin de Guarquis y San Francisco de Vitis es un curato o beneficio. Tienen estas tres doctrinas religiosas de la Orden del Señor Santo Domingo. Refiere que dichos once pueblos que él pobló y dio muchos ornamentos a los templos y hace mención de la ausencia de sacerdotes.

En el Archivo de Indias obra un documento denominado la Tasa de Repartimientos de Lunahuaná, año 1590, en el otorgamiento de Encomienda de Francisco Pizarro a Diego de Agüero. Tasa Toledana del Repartimiento de Lunahuaná, Lo que saca para las
costas. Primeramente, se saca setecientos pesos doctrina de indios tributarios de los pueblos de San Francisco de Pacarán, y San Cristóbal de PICAMARA, y por la doctrina de los indios Mancos y Laraos que están a tres leguas del pueblo de Pacarán.

En el Archivo de Indias se encuentra un documento que se trata de una relación de los Indios Tributarios, de fecha 01 de Noviembre de 1591, por mandato del Marquez de Cañete, en dicha relación se especifica en el Distrito de la ciudad de los Reyes a los pueblos de Mancos (donde se encuentra el pueblo de PICAMARÁN).

Según el Libro de Visitas de Santo Toribio MOGROVEJO, segundo Arzobispo de Lima, realizó cuatro visitas pastorales a lo largo del territorio del Arzobispado de Lima (1593-1605). Estos viajes quedaron documentaos en un manuscrito que en la actualidad se encuentra en el Archivo del Cabildo de la Catedral de Lima, donde se especifica las visitas:

Pueblo de Pacarán, hay en el pueblo 678 ánimas.

En el pueblo de PICAMARA, hay 30 confirmados siendo la fecha 12 de Noviembre de 1598, de los cuales confirmó de su mano a todos dicho Arzobispo.

EPOCA DE LA INDEPENDENCIA

Según las crónicas, libros de historia, los pobladores Picamarinos destacaron en forma brillante, altamente patriótica y quizás decisiva para el triunfo de la Revolución de la Independencia, consituyéndose en el foco de ideas y propaganda revolucionaria.

Por tales servicios el Capitán General y Presidente de Bolivia, Gran Mariscal del Perú, Supremo Protector Andrés DE SANTA CRUZ, con fecha 3 de Octubre de 1836, teniendo en consideración los antiguos servicios prestados a la causa de la Independencia por los ciudadanos del pueblo de Yauyos, no menos que su decisión y entusiasmo a favor del orden, durante la última sedición, por tal motivo dio un Decreto: El pueblo de Yauyos por los servicios prestados a la causa de la Independencia se titulará como Villa de Yauyos.
                      
         
                                            
EPOCA REPUBLICANA

Durante la República, Picamarán conservó el área geográfica que tuvo en el virreinato, es decir 26,000 hectáreas de tierras. En esta época el pueblo de PICAMARAN, se encuentra anexado a la provincia de Yauyos, que fue creado por decreto del Generalísimo Don José de San Martín el 04 de Agosto de 1,821, formando parte del departamento de Lima, con los distritos de: Yauyos, Huañec, Laraos, Ayavirí, Omas, Tauripampa, Viñac y Huangascar, creado también en esa época pero perteneciendo a la provincia de Castrovirreyna, siendo anexado a Yauyos por decreto del 16 de Febrero de 1,866.

Según Descripción hecha por Don COSME BUENO en “EL PERUANO” del 1 DE Agosto de 1827, el pueblo de Picamarán pertenece políticamente y geográfica al Distrito de Tauripampa y administrativamente a la Provincia de Cañete asignado al Curato de Pacarán que tenía tres anexos, nombrados Zuñiga, Picamarán y Santa Cruz.

A partir del año 1920, Picamarán pasó a pertenecer al Distrito de Allauca que fue creado por Ley Regional Nro. 224 del 15 de Agosto de 1,920.

Durante el gobierno del General Juan VELASCO ALVARADO, mediante Resolución Nº 0004-75-OAE/JAF-ORAMS IV  de fecha 7 de Febrero de 1975, otorgado por el Sistema Nacional de Apoyo a la Movilización Social (SINAMOS), se le reconoce oficialmente al pueblo de PICAMARÁN como Comunidad Campesina de Picamarán.



PICAMARAN EN LA GUERRA CON CHILE

Producida la ocupación de Lima el 17 de enero de 1881 el enemigo conocía la concentración de los guerrilleros en el valle de Lunahuana y temeroso de una acción sorpresiva por el sur sobre el eje Cañete, Mala y Lurín se trasladó por el mar el batallón Victoria con  700 plazas y reforzado con 110 cazadores y 22 piezas de artillería, quienes desembarcaron en Cerro Azul el 16 de Junio de 1881.
Mientras tanto, las guerrillas de Yauyos y Cañete continuaban su concentración en la región de Lunahuaná y Pacarán.
El enemigo ante la permanente amenaza existente organizó un desplazamiento de las tres armas e inició su marcha hacia Lunahuaná el 19 de Junio de 1882 por el camino de Pocoto con el fin de sorprenderles, por las quebradas de Picamarán y Zúñiga, por la retaguardia a nuestras fuerzas, sin embargo fueron rechazados en el pueblo de Santa Cruz de Flores en Mala, razón por la cual se vieron obligados a replegarse  hacia  Pueblo Nuevo de Cañete y tomar el camino hacia Culebrilla y Lúcumo.
Según los antiguos pobladores narran que en el sector Antahuaya las fuerzas Chilenas sostuvo un enfrentamiento con las fuerzas peruanas comandada por el Mariscal Avelino Cáceres, dentro de su regimiento participaron guerrilleros Picamarinos.
Estos últimos también sostuvieron combates con los chilenos en la quebrada Picamarán. (Fuente de información oral proporcionada por Don Víctor Rodríguez, actualmente cuenta con 96 años de edad (caso Antahuaya), y la que en vida fue Doña Rufina CARDENAS PALOMINO, quien siempre narraba que durante la guerra con Chile, contaba con la edad de 16 años y que para evitar dicha guerra sus padres lo mandaron al Caserío de Turpa, donde permaneció y murió en dicho lugar a la edad de 120 años, siendo dicha señora la matriarca del pueblo de PICAMARÁN).

Posteriormente nuestros guerrilleros se  desplegaron hacia la región de Jacayita. En estas circunstancias los enemigos avanzan a Lunahuaná arrasando, incendiando domicilios, apoderándose de bodegas, embriagándose y rompiendo las botijas de aguardientes y vinos. Llegaron hasta la iglesia de Lunahuaná y allí sembraron terror.

En esos instantes salen a la puerta de la parroquia algunos feligreses, el sacristán y el cura, quien con el santísimo en la mano les dijo: “No me maten, soy de Granada”, pese a esta invocación, los invasores sin reparar en nada, salvajemente descargaron sus tiros de fusiles y los mataron. Luego convirtieron el atrio de la iglesia en caballeriza, después incendiaron sus puertas. También se apoderaron de la imagen del patrón Santiago Apóstol. Esto sucedió el 23 de junio de 1882.